Cepillado dental
Un buen cepillado dental es uno de los factores más importantes para mantener nuestros dientes y nuestras encías sanos y fuertes. La mayoría de las patologías que sufrimos se deben a una mala higiene bucal y la única forma de evitarlo es ser conscientes de ello y cuidarnos.
Hacer hábito
Es conveniente cepillarse los dientes, al menos, después de las comidas principales del día. Después de la cena es el momento más importante, ya que durante las horas de sueño, los posibles restos de comida de nuestra boca generan más bacterias que en cualquier otro momento del día. No importa si estamos en el trabajo, de vacaciones o en casa de un amigo. Procura tener siempre a mano lo necesario para no descuidar tu higiene bucal.
¿Qué cepillo elegir?
Los especialistas recomiendan un cepillo de dureza media o suave (los cepillos de cerdas duras pueden dañar tus encías), con un tamaño y forma con el que te sientas a gusto. Y no te olvides de cambiarlo cada 3 meses o cuando las cerdas comiencen a estar desgastadas.
La elección entre cepillo manual o cepillo eléctrico no debe quitarte el sueño, no existe elección correcta o incorrecta. El cepillo eléctrico es más cómodo, pero de nada sirve la tecnología si no hacemos un buen uso de ella. Lo más importante para una buena higiene bucal es la calidad del cepillado dental y la constancia. Más que la marca o el tipo de cepillo, cuenta la técnica del cepillado dental.
La técnica del cepillado dental
Pese a que hay diferentes técnicas de cepillado dental, la más extendida y conocida es la técnica de Bass, que consiste en colocar el cepillo en un ángulo de 45º en relación a la pared de los dientes. Los filamentos han de estar en el nacimiento de la encía (que es donde más placa bacteriana se acumula) y barrer el diente. Se vuelve a colocar el cepillo en el inicio y se vuelve a barrer con movimientos cortos. En los dientes superiores la dirección es de arriba hacia abajo y en los dientes inferiores de abajo hacia arriba. La presión ha de ser ni mucha ni poca. Si hacemos poca presión no limpiamos en profundidad y si hacemos mucha podemos dañar nuestro esmalte y dañar nuestras encías.
El mismo movimiento, posición y técnica se aplica tanto a incisivos, caninos como molares, así como en la parte externa e interna de los dientes. La parte interna es un poco más incómoda, pero la técnica a utilizar para un buen cepillado dental es la misma. Para las zonas masticatorias de los molares y premolares, el movimiento ya no es de “barrer”, sino que se frota hacia adelante y atrás.
¿Nos olvidamos de algo? Si, ¡la lengua! La lengua es la gran olvidada a la hora del cepillado dental, pero debemos hacer un esfuerzo, ya que también es una zona en la que se acumulan muchas bacterias. El movimiento que nos ayudará a no tener sensación de arcadas mientras la limpiamos será de atrás hacia adelante. Algunos cepillos incorporan una zona especial en el cabezal para la lengua, pero se puede limpiar perfectamente con los filamentos.
¿Durante cuánto tiempo he de cepillarme los dientes?
Los cepillos eléctricos tienen incorporado un sistema para que se reinicie automáticamente cada 2:30 ó 3 minutos. Esto puede resultar muy cómodo y obligarnos a estar el tiempo necesario. En los casos del cepillado manual, el tiempo de cepillado dental debería estar entre 3 y 5 minutos.
Otros métodos de limpieza
Como hemos señalado al inicio de este artículo, un buen cepillado dental es la base de una buena higiene bucal. Sin embargo, eso no quiere decir que no se puedan añadir otros métodos complementarios, como el hilo dental, los cepillos interdentales o el enjuague bucal. Cuanto más tiempo pasemos mimando nuestra higiene bucal, menos lamentaremos en el futuro.